En Septiembre de 1791 el rey aprobó de mala gana la nueva constitución francesa. A muchos nobles no les agradaba el camino que estaba tomando la revolución, y por eso abandonaron Francia y se refugiaron en Austria. A estos nobles se los conoce como los emigrados.
A finales de Agosto el emperador de Austria y el rey de Prusia publicaron un comunicado en el que se mostraron deseosos de intervenir militarmente en Francia, en defensa de la monarquía. Lo hicieron porque tenían miedo de que la revolución llegara a sus reinos y porque los emigrados se lo pedían. Este comunicado hizo que los franceses tuvieran miedo de ser invadidos. Por este motivo, en 1792, Francia le declaró la guerra a Austria, a la que pronto se unirían Prusia y Cerdeña.
Fue así como comenzó una serie de conflictos que tuvo efectos devastadores en Francia, en los que hubo daños y escasez de comida. Todo indicaba que Prusia y Austria vencerían, pero los ejércitos franceses obtuvieron una victoria aplastante en Valmy, con la que cambió el curso de la guerra.
En estos conflictos se utilizaron armas nuevas y participaron muchos soldados. Las hostilidades terminarían recién en 1802, con la firma del tratado de Amiens.
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